sábado, 10 de diciembre de 2016

Tienes un perro y no un bebé


Muchos problemas de comportamiento están provocados por dueños que se creen que tienen un bebé y no un perro. Claramente esto es un error de base que lleva a plantear una relación incorrecta e insana con su mascota.   “Es mi bebé“   Nos hemos encontrado con casos de personas que afirman esto respecto a su perro y de hecho le ponen un chupete porque, según ellos, “a Tobby le gusta que lo traten como un bebé. Él cree que es un niño pequeño“.   No es broma, lo hemos escuchado directamente de la boca de los dueños, pero son ellos los que creen que tienen un bebé. Es muy importante recalcar esto aunque sea básico, el perro sabe perfectamente que es un perro, aunque su dueño lo humanice y le atribuya formas de pensar que no son propias de estos animales.   Es muy típico que se hipermime y se trate como a un niño pequeño a los perros de razas de tamaño reducido como Bichón Maltés, Yorkshire, Chiuaua, Shih Tzu, etc. Es curioso observar como suelen desarrollar más problemas de comportamiento que otras razas, ya sea agresividad hacia perros y personas, ansiedad por separación, miedo a ruidos por mala socialización, etc. Esto no es casualidad.   Los mimos excesivos derivan en una relación insana donde se fomenta de forma exagerada el apego y la dependencia, un rol incorrecto en la estructura familiar, falta de socialización “porque a los perros pequeños no les hace falta salir a la calle“, etc. Aunque sean de raza pequeña siguen siendo perros, y las necesidades básicas que deberían tener cubiertas son las mismas que las razas de gran tamaño.   Hay gente que disfruta esta forma de entender a los perros, tratándolos como si fueran seres humanos de cuatro patas. Pero no se paran a pensar si esto es lo óptimo para su amigo y si solo se beneficia el/ella o también el perro. Disfrazan la forma de interactuar con su compañero diciendo que lo hacen por él, para que sea más feliz. Pero eso no es amor, eso es egoísmo disfrazado de amor. En ese caso no se hace nada por el perro, porque sino se le trataría de otra manera, se hace todo por provocarse satisfacción y autocomplacerse; aunque sea duro escucharlo.   Tu perro será feliz cuando lo trates como un perro   Hemos conocido a personas que consideran que tratar al perro como perro es faltarle al respeto. Nada más lejos de la realidad porque es justo lo contrario; es respetarlo, es entenderlo y es hacerlo feliz. Si tú ves al perro como lo que es, harás cosas con él propias de perros y por tanto disfrutará mucho más y ganará en calidad de vida.   Imagínate a una persona que viste a su chiuaua con ropa cara, le pinta las uñas, lo sube al sofá y lo hipermima durante horas mientras le susurra al oido lo que le quiere la mami. En cambio otra persona da paseos con su pastor alemán en la naturaleza, juega con el mordedor, le enseña trucos nuevos para darle actividad mental y lo junta con otros perros para que se relacione. ¿Cuál de los dos animales crees que será más feliz? Obviamente el segundo, pero es interesante pararse a pensar el motivo. Y este es que su dueño lo trata como un perro, no lo humaniza y por tanto hace actividades conjuntas que el animal disfruta. El perro tiene cubierta la parte mental, emocional, física y afectiva de forma que mantiene con el dueño una relación saludable.   Una vez hecha esta reflexión se llega a una tesitura; seguir tratando al perro como un humano y potenciar futuros problemas de comportamiento, ya que antepones tu satisfacción a su bienestar. O cambiar el chip, aprender a verlo de otra manera y a interactuar de formas mucho más saludables para tu perro. Acuérdate que solo en este caso estarás dándole una vida más satisfactoria y pujando realmente por su bienestar.   Un perro sólo será feliz siendo perro, igual que un humano sólo lo será si se le trata como tal. Hazte una pregunta, ¿a quién pones por delante? ¿A tu ego o a tu perro?

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