jueves, 28 de enero de 2016


ALZHEIMER CANINO




El 50% de los perros de ocho o más años de edad padecen uno o más cambios de comportamiento relacionados con el envejecimiento cerebral.
Como ocurre con los seres humanos, el tejido cerebral de los perros es especialmente vulnerable al ataque de los radicales libres debido a su alto contenido en lípidos y a su elevada demanda de oxígeno. A medida que el cerebro envejece, el importante daño neuronal y la pérdida o la disminución de tejido cerebral que se producen, podrían estar asociados con el aumento en la producción de los radicales libres.
El cerebro tiene una capacidad de reparación limitada y no puede generar neuronas nuevas para reponer las que están dañadas. Por ello, con el paso del tiempo, el daño oxidativo producido por los radicales libres tóxicos, lleva a la reducción de la función cerebral y puede manifestarse a través de cambios del comportamiento habitual. Estudios recientes demuestran que los cambios del comportamiento presentes en muchos de los perros de siete o más años de edad, se deben al envejecimiento cerebral prematuro.
El 50% de los perros de ocho o más años de edad padecen uno o más de estos cambios de comportamiento relacionados con el envejecimiento cerebral. Solo el 12% de los dueños de los perros informan a su veterinario sobre estos signos. Estos no son signos del proceso normal de envejecimiento y se pueden combatir

CÓMO RECONOCER EL PROBLEMA
Los síntomas de envejecimiento cerebral, también llamado “alzheimer canino” pueden ser difíciles de diagnosticar durante una consulta rutinaria; estos signos pueden ser poco perceptibles pero avanzan y, lamentablemente, a menudo son ignorados o aceptados por los dueños de los perros como parte natural del proceso de envejecimiento.
Si su perro tiene 7 o más años de edad y manifiesta uno o más de los siguientes cambios característicos del comportamiento, podría padecer “Envejecimiento Cerebral Canino”:

Algunos de los síntomas de envejecimiento cerebral son los siguientes:
- Desorientación
- Le cuesta moverse por la casa
- Parece perdido en lugares con los que está familiarizado;
- No reconoce a la familia ni los hábitos diarios
- Disminuye su capacidad de alerta y camina sin rumbo fijo
- Se queda mirando a la pared o al vacío
- Interacciona menos
- No saluda de forma efusiva a los miembros de la familia
- No está interesado en que lo saluden
- Ya no reclama atención
- Pasa menos tiempo jugando con los miembros de la familia o con otros perros
- No responde cuando se le incita
- Alteraciones en el patrón del Sueño
- Duerme más durante el día y/o menos durante la noche
- Deambula por la casa durante la noche
- Ladra sin sentido durante la noche
- Pérdida de los hábitos Higiénicos
- No pide para salir a la calle
- ‘Accidentes’ frecuentes en casa
- Pérdida del control de esfínteres

Si observa alguno de estos signos, por favor, solicite una visita para consultarlo con el equipo de su clínica veterinaria.
Los signos DISH son progresivos según se avanza en las diferentes etapas de la enfermedad. Aparecen de forma sutil y empeoran gradualmente manifestándose cada vez con mayor claridad y constancia. El perro puede terminar no respondiendo cuando se requiere su atención e incluso no lograr reconocer a los miembros de la familia.
El diagnóstico precoz y un adecuado tratamiento nutricional de los mismos, no solo mejorará la calidad de vida del animal durante esta última etapa de su vida sino que proporcionará grandes satisfacciones a sus propietarios.




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