lunes, 29 de agosto de 2016

Simios que alimentan a las personas



Los expertos han dado la voz de alerta sobre las amenazas que también acechan a las poblaciones de pequeños primates, y lo han hecho coincidiendo con el nacimiento en el zoo de Barcelona de una cría de mangabey gris de coronilla blanca (Cercocebus lunulatus), animal en peligro de extinción.
La cría nacida en Barcelona, descendiente de ejemplares traídos del zoo de Accra (Ghana), es uno de los 90 mangabeyes repartidos actualmente por 15 zoológicos europeos en donde permanecen en cautividad mediante programas europeos destinados a conservar animales en peligro.
Normalmente, somos conscientes de las graves amenazas que sufren los grandes simios y nos olvidamos de las que también sufren los pequeños
MARÍA TERESA ABELLÓ
Coordinadora del programa europeo de conservación de la especie de mangabey
El zoo de Barcelona alberga a 21 especies de primates y “todas ellas sufren algún tipo de peligro”, según apunta María Teresa Abelló, conservadora de este zoo y coordinadora del citado programa para los mangabeyes.
Simios como el mono tití, el capuchino o el mono tocón “son especialmente sensibles a la destrucción de sus hábitats, porque sus poblaciones se concentran en unos pocos lugares con unas características muy específicas”, según explica Luis Suárez, responsable de especies amenazadas de WWF.
Otro de los peligros a los que se exponen los simios de menor tamaño es el del tráfico de especies, porque, según juzga Luis Suárez, son más fáciles de capturar que los grandes simios. “Además, el propio problema de la deforestación, que destruye sus hábitats, favorece a la vez el acceso de quienes quieren capturarlos para comercializarlos en el mercado”, añade.
En algunos casos, son las propias poblaciones autóctonas las principales causantes de la extinción de los animales. El mangabey, por ejemplo, como muchos otros simios, sufre la persecución por parte de cazadores que emplean su carne para consumo humano.
Los gibones también son perseguidos por algunas etnias de la India, que los cazan por la creencia de que tienen propiedades medicinales.
Grandes simios
Con todo, las campañas ecologistas han centrado su oposición a los planes de deforestación de los bosques destinados a hacer plantaciones de palma aceitera, que están contribuyendo decisivamente a la extinción delorangután de Borneo (Pongo pygmaeus) en Malasia.
“Las empresas que plantan palma de aceite no sólo acaban con el hábitat de los orangutanes, sino que también los cazan para dar de comer a sus empleados”, asegura Pedro Pozas, director ejecutivo de Proyecto Gran Simio, organización que defiende los derechos de los primates más grandes.
También los gorilas están desapareciendo a velocidades de vértigo. A día de hoy, existen menos de 200 ejemplares de Gorilla gorilla diehli, popularmente conocido como gorila del río Cross, en alusión al río en torno al que habitan dichos animales (que discurre entre Camerún y Nigeria), y tan sólo quedan unos 800 gorilas de montaña (Gorilla beringei beringei), que viven en África Central.
Las multinacionales que plantan palma de aceite cazan a los orangutanes para dar de comer a sus empleados
PEDRO POZAS
Director ejecutivo de Proyecto Gran Simio
Gorilas y orangutanes, amenazados por la deforestación y por caza para consumo humano, están catalogados como animales en “peligro crítico” en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
“Pero las multinacionales no sólo están exterminando orangutanes”, recuerda Pozas, “Las compañías madereras obligan a los chimpancés a huir de sus hábitats, lo que les lleva a invadir territorios de otros chimpancés. Esto genera conflictos entre los grupos, porque son una especie muy territorial”, sentencia.
Los bonobos, por su parte, viven en permanente peligro; por ejemplo, en países como República Democrática del Congo, donde la reciente guerra civil, propulsada por la explotación ilegal de recursos naturales, ha reducido significativamente la población de esta especie. “Posiblemente, en 20 años, los bonobos se habrán extinguido”, se lamenta Pozas.
Los grandes simios tardan más en madurar sexualmente y, por tanto, en poder reproducirse
DANIEL TURBÓN
Catedrático de la Universidad de Barcelona, dpto. de biología evolutiva
Cuanto más grandes, antes se extinguen
Algunos expertos apuntan que cuanto más grande (de tamaño) sea un animal, más probabilidades hay de que se extinga, ya que se reproducen menos. “Estos animales tardan más tiempo en madurar sexualmente, y por tanto, en poder reproducirse”, señala Daniel Turbón, catedrático del departamento de biología evolutiva de la Universidad de Barcelona. Turbón invoca la eficacia reproductiva, y alega que “si estas especies no se reproducen a la misma velocidad que otros simios más pequeños, es lógico que tiendan a desaparecer antes”.
Por otra parte, estos grandes simios son preponderantemente herbívoros, y “necesitan comer en mayor medida, y más veces al día”, por lo que la destrucción de su hábitat y la consecuente pérdida de los recursos tiene en ellos más repercusión.
Qué se hace al respecto
La conservación de los grandes y pequeños simios se hace mediante programas que se llevan a cabo tanto en los lugares propios de los animales (in situ) como en instalaciones zoológicas fuera de su entorno para favorecer su conservación ex situ.
Un obstáculo para los programas de protección de especies in situ es que, para que éstos funcionen, se necesita la cooperación tanto de los gobiernos nacionales como de las poblaciones cercanas.
Los programas in situ incluyen medidas económicas y también educativas. “Se trata de garantizar que la economía sea próspera, para que no tengan que recurrir a estos animales para comer”, declara Abelló, y añade que “con ellos no sólo se persigue la protección de la especie, sino también cuidar la situación general del hábitat”.
La experta también subraya la importancia de los programas educativospara sensibilizar a la población local, con el fin de “que sean ellos mismos quienes protejan a las especies de su entorno, y que decidan no comerlas”.
En cautividad o no
La controversia se da respecto a la modalidad ex situ de estos programas. Abelló subraya la importancia de conservar la especie en cautividad para, en caso de que la pérdida del hábitat sea inevitable, poder garantizar la continuidad de la especie.
Pero esta cuestión desata toda una polémica entre grupos defensores de los derechos de los animales que, como Proyecto Gran Simio, se declaran “abiertamente en contra” de la reproducción en cautividad. Pozas, director de la citada organización, cuestiona estas estrategias y sostiene que “donde hay que trabajar es en su propio hábitat”.
“En muchos casos, los parques zoológicos tienen a los animales en jaulas que son un disfraz de su entorno natural pero sólo durante las horas de visitas, pues el resto del día lo pasan aislados en jaulas frías”, explica.
También critica a la legislación española por no proteger los derechos de los simios. “En el código penal, maltratar a un perro figura como delito, pero sin embargo matar a un chimpancé ni siquiera está regulado” sostiene Pozas, y añade que “los circos y zoos se aprovechan de este vacío legal”.
Experimentación en animales
Abelló además diferencia experimentación de investigación, y recalca la importancia del papel que el zoo desempeña en el apoyo a la ciencia, pues “muchas universidades se sirven de la observación de los animales del zoo para sus investigaciones”.
Respecto a esto último, la conservadora del zoo recuerda que “cualquier investigación que pretenda utilizar a animales ha de ser aprobada por un comité y el estudio no se lleva a cabo a no ser que garantice fines positivos para el animal”.

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