sábado, 18 de junio de 2016

Maltratada, amenazada y viviendo en la calle

Ucanca González pide una vivienda social en la que refugiarse de su expareja, que la amenazó de muerte



Ucanca González duerme desde ayer en una tienda de campaña a la espera de que alguna administración pública la ayude. Su petición es clara: una casa en la que poder refugiarse de su expareja, Joel Louis Gilbert, que la amenaza de muerte pese a que no puede hablar ni acercarse a ella a menos de 300 metros. Con 35 años, esta mujer es víctima de riesgo extremo y cuenta con protección de la Guardia Civil las 24 horas del día después de que el que fuera su compañero sentimental huyera a finales del pasado mes y en la actualidad esté en busca y captura. Ahora, al miedo de ser asesinada en cualquier momento no solo se junta la escasez de recursos económicos, sino también que ya no tiene un sitio en el que vivir, así que no le ha quedado más remedio que cobijarse en una playa de Tenerife, cuyo punto exacto no se puede revelar por su situación.

Según contó ayer a la opinión de tenerife, estará ahí hasta que le den una solución porque ya ha tocado en todas las puertas posibles. Una de ellas fue la del Ayuntamiento de Adeje, municipio en el que ha residido. En su opinión, el alcalde, José Miguel Rodríguez Fraga, con el que habló para intentar conseguir su ayuda, "no ha tenido calidad humana" porque "lo primero" que le dijo es que se fuera a otra parte o que se quedara en una casa de acogida.
El problema de esta segunda opción es que Ucanca González ya la ha probado y no fue bien la experiencia, aparte de que tiene un perro y no lo podría tener con ella. Cuando le comentó al regidor local lo de la mascota, "me dijo que lo llevara a una perrera", criticó la mujer. Y es que ella lo tiene claro: "No tengo por qué irme y tengo ganas de vivir. Yo soy la víctima y si tengo que hacer huelga de hambre, la haré", advirtió.
Gracias a una pequeña ayuda que recibe puede subsistir, pero explicó que para poder alquilar le piden nómina y en la actualidad no dispone de un trabajo. Un amigo la acogió en su hogar hasta este momento, pero ya ayer tuvo que irse y ahora no tiene un lugar en el que dormir, de ahí que acudiera al Consistorio la pasada semana para que le ayude a conseguir una vivienda social. Según detalló Ucanca González con incredulidad, el alcalde le manifestó "que no hay piso de renta baja ni de protección oficial" en el municipio y al parecer, tal y como le han dicho, tampoco en todo el Sur. El viernes, al menos, la llamaron desde la Corporación local y le dijeron que ya se pondrían en contacto para "ir a una pensión y buscar una solución". Hasta que llegue, se quedará en la playa con los dos agentes de la Guardia Civil que la acompañan todo el día desde el pasado 31 de marzo, cuando su expareja se dio a la fuga y hasta el momento "no se sabe nada de él".
La mujer ha puesto contra su antiguo compañero sentimental diversas denuncias, no solo por malos tratos sino también por quebrantar la orden de alejamiento, y lleva desde 2014 "esperando". "Tengo ganas de que se haga justicia, pero la justicia me ha dejado indefensa", lamentó. Entre los motivos que le llevan a pensar así, aludió a los "errores judiciales" que se han producido en su caso, por ejemplo, que una de las últimas veces que tuvo ir a declarar la citaran "a la misma hora" que a Joel Louis Gilbert, así que coincidió con él y allí mismo la amenazó de muerte, aparte de que acudió "como investigado y no detenido". "Si lo llego a saber, no hubiera ido sola", apuntó la víctima.

Sufre este martirio, como lo califica ella, desde 2014 y durante todo ese tiempo han sido muchos los tragos que ha pasado, como que su antigua casera la echara y vivir dos meses y medio en un coche. En uno de sus intentos por poner fin a las amenazas de su antiguo compañero sentimental se fue a Francia, pero él la encontró y la mantuvo, según especificó ella, durante 15 días "atada a una cama". "Desde el momento en que lo conocí ya debería estar en la cárcel", pues además hay otras cinco mujeres más maltratadas por esa misma persona, aseguró.

Es tanto el sufrimiento que soporta que ayer reconoció haber pensado: "Prefiero que me mate, para seguir así...". Con ese temor constante, afirmó que no vive ni ella ni su familia y que incluso hace una semana intentó suicidarse porque se desesperó. Si bien reconoció que se trató de un error, Ucanca González informó de que no se moverá de su tienda de campaña hasta que haya una solución.

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