viernes, 8 de abril de 2016

El lenguaje del gato

Aunque la comunicacion felina  en algunos casos es extremadamente sutil, si observamos con detenimiento podremos notar que su lenguaje posee al menos 25 señales visuales, que se pueden combinar hasta de 16 formas distintas. A diferencia de otros animales, los gatos no tienden a ser muy ruidosos o a socializar de manera directa, por lo que resulta de mucha utilidad saber entender sus gestos y movimientos, asociándolos con las diferentes situaciones que se presentan.


Cabeza. Para conocer a fondo lo que nos quiere decir nuestro gato, podemos comenzar por la cabeza, que colocará estirada hacia delante cuando quiera que se le preste atención o se le toque. Si por el contrario, tiene la cabeza agachada, se estará mostrando sumiso.
Cola. Lo que un gato trata de decir con su cola se combina con otras partes del cuerpo para expresar diferentes estados de ánimo. Si su cola se ve esponjada, estará excitado o molesto, mientras que si la coloca en punta y encorva el lomo, se siente amenazado. Los movimientos suaves y pausados denotan tranquilidad o que quiere jugar.
Los movimientos rápidos de la cola indican nervios o precaución ante un posible ataque y colocarla entre las patas nos dice que tiene miedo. Frotarse contra alguien y envolver la cola alrededor, es un saludo. Para marcar su territorio, se frotará contra ti con su cuerpo o su cara y si lo hace con su frente o nariz, te está demostrando afecto.
Orejas. Hay que considerar que éstas poseen entre 20 y 30 músculos, lo que permite que puedan moverlas de muchas maneras. Si las mantienen hacia arriba y en movimiento, es sinónimo de felicidad; mientras que si se muestran aplanadas hacia el costado, sería señal de sumisión o miedo. Cuando está molesto, las ubicará hacia adelante, formando un ángulo.
Ojos. Las miradas prolongadas tienden a ser consideradas como una amenaza, sobre todo si se trata de desconocidos. Normalmente, los ojos muy abiertos son señal de curiosidad y felicidad, mientras que entreabiertos indicarán que es la hora de dormir. Cuando sus pupilas se dilatan, generalmente es porque está asustado o tiene mucho interés en algo en particular.
Bigotes. Están extendidos cuando está feliz o tiene curiosidad por algo del entorno, pero irán hacia atrás a lo largo de las mejillas si tiene miedo, está irritado o enfermo.
Boca. Al abrirla y mostrar los dientes, el gato estará estudiando detenidamente los olores del entorno. Solo los siseos con la boca abierta indican que está a la defensiva.
Señales de alerta
Es necesario prestar la debida atención a la personalidad de nuestro gato para entender los comportamientos que resultan normales en él, aquellos que son completamente nuevos y los que nos dicen que algo anda mal:
  • Falta o disminución del apetito. No hace sus necesidades con la frecuencia acostumbrada.
  • Tendencia poco normal a permanecer alejado, escondido o acurrucado.
  • Cambios en el pelaje o falta de higiene. Se rasca en exceso.
  • Estornudos frecuentes, dificultad para respirar, se muestra decaído, aburrido o se queja.
En estos casos y ante cualquier duda, el veterinario siempre será el más capacitado para determinar si algo no anda bien.


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